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SABADO DE DOLOR

Autor: Una hermana de los nazarenos de Cristo

Durante la Semana Santa Callosina tienen lugar numerosas procesiones, pero me gustaría resaltar una especialmente. El primer sábado ( sábado de dolor ) tiene lugar el acto de hermanamiento de los nazarenos de cristo y los moraos.

Es un acto precioso en el cual se intercambian la cruz de los nazarenos por el señor crucificado de los moraos.

Las sensaciones que se experimentan al verlo son increíbles; dos cofradías que la gente ve como rivales se unen y comparten la religiosidad de cada momento.

Pero estas sensaciones no son nada comparadas con lo que se experimenta a lo largo de toda la procesión.

Al principio todo son nervios, prisas y alguna que otra risa en la noche tan esperada; pero cuando comienza la procesión, sale el portaestandarte, y nos toca salir a la banda de los tambores, los nervios y las prisas desaparecen dando lugar a la devoción e ilusión que los sustituyen.

Mientras se va tocando y siguiendo el paso, algo que ya sale automáticamente debido a los numerosos días de ensayos, te vas fijando en la cara de la gente que te mira ilusionada, esperando a que llegue la cruz para santiguarse y rezar por el señor. Ahí, es cuando te sientes importante y necesario, estas avisando de que va a llegar la cruz del señor y que va a dar comienzo este hermoso acto.

Conforme va llegando a la ermita de San Roque, vuelven los nervios, pero te tranquilizas cuando te das cuenta de que el esfuerzo que has invertido en tantos ensayos y horas de muchos sabados anterios a la semana santa, merecen la pena un año más.

Cuando llegan todos los nazarenos a San Roque, y los tambores dejan de tocar guiados por el redoble, que ha estado dirigiendo los ensayos y procesiones, comienza el acto de hermanamiento.

En él, dan una pequeña charla representantes de las dos cofradías. Cuando acaba el discurso, los moraos guardan en la iglesia la Cruz de los nazarenos y éstos sacan de ella el Señor Crucificado de los moraos.

Cuando el cambio acaba, los moraos comienzan a tocar y a bajar de San Roque camino de la ermita de los Dolores donde finalizará su procesión, mientras tanto, los nazarenos aguardan formalmente y en silencio a que estén a una distancia suficiente para no molestar.

Cuando acaba el acto, escuchas a la gente decir algunas cosas como: ¡¡Qué procesión más hermosa!!, ¡¡cada año es mejor!! ¡¡ o ¡¡qué paso más humilde y sencillo el de los nazarenos!!, aunque lo realmente valioso son las sensaciones que sientes al subir y al participar en el encuentro con nuestros hermanos nazarenos y con los moraos.

Todo ello hace que merezca la pena y que sea la procesión más sencilla y a la vez la que más llena, en opinión de muchas personas que siguen las procesiones.   

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