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Y parece que fue ayer

Victor Samper

Comenzaban los años 80, muchos de nosotros empezábamos a afeitarnos, con 14-15 años recién cumplidos y la vista puesta en un futuro que se iniciaba en el I.N.B. Cardenal Belluga, lo que ahora es el Colegio Rafael Altamira. Se rumoreaba por los pasillos la creación de una nueva cofradía -lo que siempre se ha llamado un paso de capuchinos-, diferente a lo que estábamos acostumbrados a ver en Callosa, sin dar caramelos y llevando un santo a hombros. ¡Tela! Manuel Carmelo poniendo en la pizarra diferentes nombres para saber como se iba a llamar, e incluso dibujando la montañita con las tres cruces, muy parecida a lo que hoy todos reconocemos como insignia propia, preguntando a derecha e izquierda, por pasillos y aulas ¿TE APUNTAS? Nadie, aún hoy, ha superado su fe y confianza en la continuidad de este proyecto. Siempre que nos veíamos me decía lo mismo –¿Te apuntas?, mi respuesta siempre fue: "me tienes que dar la vesta a pagar en diez años". "Te arrepentirás" me soltaba. Y lo cierto es que sentí una envidia sana al verlos desfilar por primera vez, y por segunda, y por tercera... con sus cruces penitenciales y una imagen de San Pedro el primer año. Luego llegó el trono del Cristo, que fue un gran esfuerzo económico para la cofradía. Y lo sacaron en andas, con tantas ganas que nadie se paró a pensar en el peso de dicho trono, se rompieron varas, hombros magullados y espaldas maltrechas, pero durante la procesión ni una queja, sólo voces de ánimo entre los costaleros. Yo estaba viendo la procesión y os aseguro que eran exclamaciones con mayor o menor énfasis pero en general de ánimo. Las saetas fueron un elemento integrado en la Semana Santa Callosina por esta cofradía, se le ponían a uno los pelos de punta cuando se hacía un impresionante silencio y sólo se oía el cantar del saetero/a. Fueron pasando los años, y se me removía el gusanillo cada vez que veía pasar a los VERDES (así es conocida popularmente esta cofradía ). Llegó el momento en que apareció la persona que medió el empujón necesario para ingresar en esta cofradía, la mía, pues siempre me sentí identificado con ella. Viendo el concierto de bandas de tambores y cornetas en la Plaza de los Dolores: Carmelo apunta a este, le dijo. - A este tenía yo ganas de pillarlo, comentó. Así, de buenas a primeras ingresé en la Hermandad. Me hice costalero, y hoy estoy aportando mi pequeño granito de arena en la junta. Como en todos los acontecimientos, por mucho que te guste o te cuenten, se disfrutan de manera diferente desde dentro o mejor dicho desde atrás, lugar que ocupamos los pequeños y sufridos costaleros en el trono. Han pasado 25 años, y todo un mundo de recuerdos y anécdotas. Muchas cofradías, unas con más años, con más gente e incluso más pudientes..., otras empiezan, yo me quedo con la mía, con sus defectos (muchos) y con sus virtudes ( algunas tendrá) y estoy orgulloso de llamarme Nazareno del Cristo de la Caída. ..........Y parece que fue ayer, pero ya son 25 años.

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